jueves, 9 de enero de 2014

Calor en casa sin que tiemble el bolsillo

  • ¿A gas o eléctrico?¿Caldera o radiadores?
  •  Elegir la calefacción adecuada puede ahorrarnos mucho dinero.
  •  El sistema más popular en España es la caldera con radiadores de agua.
 MIGUEL MÁIQUEZ. 20 minutos.
El mal tiempo está llegando, y si acabamos de comprar una vivienda, o la nuestra no está bien equipada, a menos que queramos estar en casa con el jersey ha llegado el momento de elegir el sistema de calefacción más adecuado a nuestras necesidades y posibilidades. A fin de cuentas, climatizar un hogar representa la mitad del gasto energético en los meses más fríos.
Los factores fundamentales que debemos considerar son cuatro: dónde está situada la vivienda (zona más o menos fría, orientación, exposición al sol), cómo es (aislamiento, grosor de los muros, tipo de ventanas, antigüedad, superficie que queremos calentar, calefacción comunitaria o individual), qué uso daremos al sistema (horas que se pasan en la vivienda) y el impacto medioambiental (relación entre el gasto energético y nuestra necesidad real de calor). Para los más tradicionales, las chimeneas y estufas con biomasa o leña siguen siendo una buena opción.
Si vivimos en una zona muy fría, necesitaremos un sistema capaz de mantener la temperatura constante, pero en zonas más cálidas será suficiente un calefactor más sencillo, regulable e incluso portátil. Con respecto al tipo de vivienda, debemos saber también con cuánto espacio contamos para la instalación, o si necesitaremos un suministro de agua caliente. No todas las viviendas están preparadas para determinados sistemas, y adaptar el hogar puede suponer un gran coste. Es interesante asimismo averiguar si, en caso de que no sea una vivienda nueva, existió una instalación anterior que podamos aprovechar.
El sistema de calefacción más popular en España es el de caldera, alimentada con gas natural, gas propano o gasóleo, y a través de radiadores de agua. La de gas natural es la más utilizada en las ciudades; la de propano es más común en poblaciones pequeñas, donde no llega el gas natural. En general, se trata de un sistema más económico que el eléctrico, aunque el gas natural posiblemente seguirá subiendo de precio. Con un buen uso de las tarifas planas, por otra parte, los sistemas eléctricos pueden ser rentables.
En zonas donde el frío extremo no es constante, y solo se necesita calentar determinadas habitaciones en algunos momentos del día, los radiadores eléctricos pueden bastar. Los más demandados son los de aluminio, ya que calientan más rápidamente y transmiten el calor de forma más eficiente que los de hierro.
Y  para los más tradicionales, las chimeneas y estufas con biomasa (pellets) o leña siguen siendo una opción, si bien necesitan un sistema de almacenamiento y suministro, y el combustible requiere mucho espacio.
En los últimos años las normas de instalación de sistemas de calefacción han incorporado criterios ecológicos y se ha intensificado además la seguridad en los aparatos
 Uso racional para reducir el gasto
 Algunos consejos para mejorar el uso de la calefacción y reducir la factura: no tener las ventanas abiertas más tiempo del necesario (una habitación se ventila en 5-10 minutos), tener un buen aislamiento en puertas y ventanas (ahorro de hasta un 40%), programar el termostato (una temperatura adecuada son 20 grados), bajar la temperatura en habitaciones que no se usan, cerrar los radiadores cuando no sean necesarios (si la calefacción es comunitaria) y revisar la instalación con frecuencia.
¿Qué sistema de calefacción se ajusta más a mis necesidades?
 
Sistemas de calefacción que más convienen.







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