martes, 21 de enero de 2014

Así se "restaura" en Sevilla

 

Edificio de la calle Eslava número 8, diciembre de 2012:


Aunque no lo parezca, el mismo edificio de la calle Eslava, hoy, 19 de diciembre de 2013:

Sevilla, ciudad de contrastes. La misma ciudad que recibió el Premio Europa Nostra por la restauración del convento de Los Terceros o el Premio Nacional de Restauración por la recuperación de la iglesia del Salvador permite que, día tras día, se siga destruyendo patrimonio sin que nadie haga nada por remediarlo.

Las imágenes que ilustran el post no son un juego de 'busca las siete diferencias', se trata del mismo edificio fotografiado con un año de diferencia, en diciembre de 2012 cuando empezaban las obras de "rehabilitación" y en diciembre de 2013. La diferencia es abismal. Lo único que se ha respetado de la fachada es la forja de los balcones, todo lo demás, ha desaparecido: cornisas, alfices, yeserías... Para rizar el rizo, se han colocado nuevas molduras de yeso para enmarcar las ventanas, quizás para darle un aire más 'señorial' a la sosa fachada resultante.

Lo más indignante de todo es que este edificio está protegido. Pertenece al Sector San Lorenzo-San Vicente y está catalogado con la letra C, es decir, protección parcial en Grado 1. Estaba (para qué hablar en presente) catalogado como una edificación de interés tipológico como Casa Patio del siglo XIX.

Este atropello patrimonial tiene dos culpables. El primero, el promotor de la obra, que no ha dudado en eliminar todo cuanto hacía singular a este edificio para construir un sucedáneo pseudo historicista de lo más anodino y en segundo lugar, las administraciones que siguen obviando su papel como garantes de la Ley y permiten este tipo de actuaciones. Lo lógico es que cuando se concede una licencia de obras sobre un edificio protegido, se haga un seguimiento para evitar este tipo de cosas, pero la realidad es bien diferente. Ni se hace un seguimiento ni se tiene el más mínimo interés en evitar que la ciudad siga perdiendo su patrimonio. Nunca entenderé qué sentido tiene actuar sobre un edificio patrimonial supuestamente por su valor para hacer y deshacer al antojo del promotor. Si quieres un edificio nuevo, compra un solar y hazlo o modifica uno de los muchos edificios desarrollistas que invadieron nuestro centro histórico y afean calles y plazas, pero deja en paz los pocos edificios que seguimos conservando, de lo contrario, llegará el día en el que no haya nada que conservar.

Luego se levantan tremendas polémicas por el Metropol Parasol o la Torre Pelli pero la verdadera destrucción patrimonial de la ciudad, la que ocurre cada día ante nuestros ojos, no le importa a nadie.

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